WASHINGTON. Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Guatemala, Otto Pérez Molina; y El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, presentarán este viernes, junto al vicepresidente de EE.UU. Joseph Biden, un plan para impulsar las oportunidades económicas en Centroamérica.
Según informó hoy el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los tres presidentes centroamericanos delinearán los ejes básicos del llamado "Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte", que busca mejorar la calidad de vida de "la mayoría de la población que se ve obligada a migrar por falta de oportunidades educativas, laborales y para mejorar su ingreso".
Biden también participará en el evento, que se celebrará en la sede del BID en Washington y que estará moderado por su presidente, Luis Alberto Moreno, explicó el organismo multilateral en una nota de prensa.
Asimismo, estarán presentes líderes empresariales y gubernamentales de Estados Unidos, México, Colombia, así como de otros países de América Latina y Europa.
De acuerdo al comunicado, el plan tiene como objetivos "mejorar el clima de trabajo y de negocios, garantizar gobiernos más efectivos, generar más empleos, reducir la pobreza, mejorar la calidad de los servicios y ampliar las oportunidades para todos aquellos en la búsqueda de una mejor vida".
La reunión, adelantada por la Casa Blanca hace un par de semanas, se centrará en los retos creados para prevenir otra oleada de niños migrantes como la que llegó a la frontera sur entre marzo y junio pasado.
Un alto funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo anonimato, señaló que el propósito es abordar "los retos de corto y largo plazo asociados a la inmigración de menores hacia Estados Unidos", así como "involucrar al sector privado" en el desarrollo de los países de los que salen esos niños.
Menores no acompañados, procedentes en su mayoría de Honduras, Guatemala y El Salvador, llegaron en cantidades masivas entre marzo y junio pasado a territorio estadounidense por la frontera sur, lo que provocó una crisis humanitaria ante la incapacidad de las autoridades estadounidenses que se vieron abrumadas.
Tras la oleada entre marzo y junio, el flujo de menores comenzó a reducirse notablemente a partir de julio, en parte por las medidas adoptadas por los Gobiernos del presidente de EE.UU., Barack Obama, y de sus homólogos centroamericanos.
Un total de 68.541 menores fueron detenidos cuando intentaban entrar en Estados Unidos entre el 1 de octubre de 2013 y el 30 de septiembre pasado, frente a los 38.759 del anterior año fiscal, según el informe de cierre del ejercicio de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
Según informó hoy el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los tres presidentes centroamericanos delinearán los ejes básicos del llamado "Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte", que busca mejorar la calidad de vida de "la mayoría de la población que se ve obligada a migrar por falta de oportunidades educativas, laborales y para mejorar su ingreso".
Biden también participará en el evento, que se celebrará en la sede del BID en Washington y que estará moderado por su presidente, Luis Alberto Moreno, explicó el organismo multilateral en una nota de prensa.
Asimismo, estarán presentes líderes empresariales y gubernamentales de Estados Unidos, México, Colombia, así como de otros países de América Latina y Europa.
De acuerdo al comunicado, el plan tiene como objetivos "mejorar el clima de trabajo y de negocios, garantizar gobiernos más efectivos, generar más empleos, reducir la pobreza, mejorar la calidad de los servicios y ampliar las oportunidades para todos aquellos en la búsqueda de una mejor vida".
La reunión, adelantada por la Casa Blanca hace un par de semanas, se centrará en los retos creados para prevenir otra oleada de niños migrantes como la que llegó a la frontera sur entre marzo y junio pasado.
Un alto funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo anonimato, señaló que el propósito es abordar "los retos de corto y largo plazo asociados a la inmigración de menores hacia Estados Unidos", así como "involucrar al sector privado" en el desarrollo de los países de los que salen esos niños.
Menores no acompañados, procedentes en su mayoría de Honduras, Guatemala y El Salvador, llegaron en cantidades masivas entre marzo y junio pasado a territorio estadounidense por la frontera sur, lo que provocó una crisis humanitaria ante la incapacidad de las autoridades estadounidenses que se vieron abrumadas.
Tras la oleada entre marzo y junio, el flujo de menores comenzó a reducirse notablemente a partir de julio, en parte por las medidas adoptadas por los Gobiernos del presidente de EE.UU., Barack Obama, y de sus homólogos centroamericanos.
Un total de 68.541 menores fueron detenidos cuando intentaban entrar en Estados Unidos entre el 1 de octubre de 2013 y el 30 de septiembre pasado, frente a los 38.759 del anterior año fiscal, según el informe de cierre del ejercicio de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
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