El nombramiento el 31 de mayo del
2005, por parte del Máximo pontífice de la Iglesia Católica, el Papa Benedicto
XVI, del Padre Julio Cesar Corniel Amaro en la Diócesis de la Provincia de
Puerto Plata ha sido muy significativo para sus habitantes y constituye una de
las decisiones mas ejemplares que haya hecho la iglesia en los últimos años en
esta tan abandonada y desolada ciudad, que al parecer no tiene a quien le duela.
Esta designación del Obispo Cornier Amaro que
el 31 de mayo del año en curso ya cumplirá 8 años en el cargo, es de gran honra
para los puertoplateños debido al gran trabajo realizado por este en estos años
y no debemos dejar de reconocer su labor de forma muy especial y altruista, ya
que es una persona muy condescendiente con los problemas de este pueblo y en
especial con los problemas de las familias pobres.